La sierra de Cantabria sigue siendo una fuente de inspiración increíble para abrir nuevas vías. Los farallones calizos, de una calidad muy variable a lo largo del eje este-oeste que vertebra esta sierra, han sido objeto de innumerables días memorables como el que pasamos abriendo Supernova.
Habíamos fichado el pilar sur del San Tirso hacía 10 años, durante la apertura de Luna de Enero, el cual había permanecido inalterado hasta este octubre, cuando volvimos a pasar cerca de su base durante las aperturas de «Bella Ciao» y «Desierto Rioja» y decidimos catarlo. La calidad de roca de este pilar es fuera de lo normal, con una placa de caliza blanca compacta impresionante, con agujeros lo suficientemente profundos para protegerse muy bien con seguros flotantes. En un día conseguimos abrirla a falta de los últimos cinco metros, donde un parabolt que se nos cayó en la aproximación nos hizo falta para poder acabarla. Con calizas como esta no nos importó mucho volver a subirla y rematarla.
El nombre de Supernova viene de la «supernova» mental que sufrimos durante su apertura con unos pies de gato demasiado prietos y con demasiado calor, durante más de una hora por largo, buscando la línea más elegante, limpiando los agujeros de tierra y evitando poner unas chapas, que después acabamos poniendo en algún sitio donde era posible autoprotegerse mirando un poco mejor.
Supernova recorre en su dificultad alguno de los mejores paños que hemos abierto en esta sierra. ¡Esperamos que os guste!





