Llevar tantos meses en Chile y no conocer una mina de cobre tenía cierto delito.
Primero fue el salitre, fuera del país conocido como «Nitrato de Chile», que permitió mejorar el rendimiento agrícola en el siglo XIX y principios del XX al usarlo como fertilizante. Este nitrato lo explotaron los ingleses con prácticas dignas de llamarse esclavitud (muy recomendable leer el post de la Salitrera de Humberstone). Cuando los alemanes inventaron la técnica para fabricar ese mismo salitre de forma sintética, la burbuja del salitre chileno se desinfló para llegarle el turno a la del cobre. En la actualidad, Chile produce el 30% del cobre mundial y permite, en cierta parte, el estado del bienestar que distingue a este país de sus vecinos. Explotado inicialmente por mineras extranjeras, el presidente Salvador Allende completó la nacionalización del cobre (iniciada por el anterior presidente, Eduardo Frei) en forma de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco). Seguramente, esta nacionalización de algunas minas estadounidenses ayudó al apoyo de los EEUU para destituir al presidente Allende, lo cual conllevó la dictadura de Augusto Pinochet. Con mirada histórica, el hecho de que un país gestione sus recursos naturales para que el beneficio repercuta en su gente es algo loable.
La finca a la que hoy pertenece la mina de El Teniente, conocida desde el periodo prehispánico y explotada también por los españoles, pasó por varias manos hasta que a principios del siglo XX, el último propietario la vendió al norteamericano William Barren, quien fundó la Barren Copper Co. En la actualidad, la mina de El Teniente ostenta el record de ser la mayor mina subterránea de cobre del mundo con más de 3.000km de galerías; sí, tres mil. Cada día se explotan ahí más de 140.000 toneladas de mineral, del cual aproximadamente un 0.99% es cobre. En la propia mina se funde el mineral en forma de planchones de cobre, que van derechos a la exportación para hacer cables, motores eléctricos, electrodomésticos y otras muchas aplicaciones que toda la humanidad usa en su día a día.

Fundición dentro de la mina El Teniente

Trituradoras de roca de Sewell, cada motor es de 95MW de potencia, mayor consumo que muchas ciudades.

Zona de procesado del cobre por flotación
Dentro de la mina, los estadounidenses fundaron varios campamentos de entre los cuales, el campamento Sewell destacó por su importancia. En la actualidad solo queda en pie la cuarta parte de los edificios de este campamento, que se salvaron de su demolición por el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hoy en día, las visitas de los que venimos a conocer esta mina pagan el mantenimiento de los edificios que antes sirvieron de hogar a la población de la mina, la cual llegó a las 16.000 personas. Gracias a una excursión organizada por la universidad en la que trabajo, nos evitamos pagar los 60-70 euros por persona que cuesta esta visita y encima, con cena incluida.
Sin duda, una visita muy recomendable para aquellos que quieran conocer la historia moderna de Chile, la cual no se puede desligar de la minería de sus ingentes recursos minerales.

Calles nevadas de Sewell

Invierno en campamento Sewell

Mural en homenaje a los 355 fallecidos en la tragedia del humo por la que murieron asfixiados dentro de la mina

Hospital del campamento Sewell, minera El Teniente

Casa de los obreros de menor cualificación. Vivían hacinadas dos familias y el baño fuera del piso, por lo que en invierno tenían que salir a la calle a temperaturas de -15ºC

Paisaje invernal en Sewell
Cómo conocer el campamento Sewell
Hoy por hoy, la única opción pasa por contratar un tour guiado en Santiago o Rancagua, el cual esté autorizado en entrar a la propiedad de Codelco. Sin esto, los controles de carretera nos impedirán llegar al campamento. Por otra parte, con un poco de suerte os tocará algún guía que haya nacido o vivido en Sewell y os explicará de la mejor manera todos los entresijos de la vída allí. Estos tours están en torno a los 45.000-50.000 pesos por persona (unos 60-70 euros).
Interesantísimo el reportaje que habeis publicado. Algunos de los datos que dais (3000km de galerías) resultan difíciles de imaginar. Gracias
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Muchas gracias Íñigo! Las dimensiones son gigantes! Es difícil imaginar galerías desde Cádiz a Alemania!
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Muy interesante y educativo todo lo que nos enseñáis y aprendemos,es impresionante imaginar tantos y tantos km de galerías. Un abrazo para los dos
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Nos alegra que nos leas y que te gusten nuestros relatos! Fue una visita bien interesante! Un abrazo!
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Hola pareja ya veo que para vosotros no hay nada imposible, pues aunque os veo rodeados de nieve vosotros erre que erre . El reportaje es muy interesante pues esos km de galerías son hasta difíciles de imaginar pero lo de la manera de vivir de las familias mineras es lo que menos cuadra en esa superproducción
Un beso muy grande para los dos.Os quiero saber
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Hola Juani! Ya echábamos de menos a una de nuestras lectoras más fieles!! La vida en la mina antes era muy dura. Ahora en estas minas manejan muchas máquinas a distancia desde una cómoda sala a 50km de la mina. Claro que todavía existan muchas minas donde sudan la camiseta a tope!
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