A la una de la mañana y después de algún pisco y vino de más con los compañeros del Centro Riojano de Santiago, lo cuales se prestaron a invitarnos a su cena de despedida de año en la bonita casa «camerana» a 14.000km de Cameros, decidimos cambiar el plan de monte para el fin de semana por un plan más relajado conociendo Valparaíso y Viña. Es destacable la labor de difusión de La Rioja de este Centro formado por riojanos y sus descendientes, alguno de los cuales salieron con lo puesto de sus casas y sin estudios y llegaron a gerentes generales de algunas de las compañías más importantes de Chile. Será el espíritu de trabajo que llevaban de serie…

Casa camerana del Centro Riojano de Santiago de Chile
Valparaíso y Viña del Mar se encuentran a unos 120km al oeste de Santiago, en la costa del Pacífico. Varias compañías, entre ellas la líder en el transporte de buses en Chile y fundada por un riojano de Ventrosa: Turbus, recorren esta ruta cada 15min desde la estación de Alameda por unos 8 euros (i/v) al cambio. Valparaíso es el principal puerto de Chile y también su principal ciudad bohemia y estudiantil. Hace falta tener buenas piernas para recorrer sus barrios por lo inclinadas que son sus calles, alguna de las cuales tienen antiguos ascensores para salvar el desnivel. Dejarse llevar por el colorido de sus casas y graffitis y no tener demasiada prisa son buenos ingredientes para conocer Valparaíso como se debe. Sucia y a la vez encantadora, es una ciudad que no deja indiferente.
Hacemos la visita de rigor a La Sebastiana, la casa del poeta Pablo Neruda, cuyo poema más bello fue el Winnipeg. Este fue el buque con el que el poeta usando su influencia utilizó para salvar de un futuro más que probable en campos de concentración alemanes a 2200 exiliados republicanos españoles, a los cuales se les recibió con todos los honores en Valparaíso tras 30 días de travesía.
Esa noche dormimos en el más que recomendable hostel El Escarabajo. Tenemos la grata sorpresa de que es el cumpleaños de una francesa y nos invita a todos los huéspedes (cada uno de un país diferente) a una rica cena con tarta y velas incluidas. A modo de regalo, otros viajeros organizan un trivial viajero en el que competimos todos los que allí dormimos. Estas son cosas que jamás ocurren cuando se duerme en un cinco estrellas.

La típica imagen de Valparaíso

Arte callejero en Valparaíso

Ascensor de Artillería, frente al puerto

Colinas de Valparaiso
A la mañana siguiente, tras un tranquilo desayuno y aprovechando el calor tomamos un bus a Viña del Mar (a 20min en bus urbano de Valparaiso). Si bien Viña del Mar no es una maravilla arquitectónica, es un buen sitio para refrescarse del calor estival de Santiago.

En Viña del Mar

Castillo de Wulff, Viña del Mar
Me encanta veros tan bien chicossss
Y el sitio muy chulo!!
A disfrutar! Besazossss
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Muchas gracias Moni! Nos alegra que vayas siguiendo nuestras andanzas!
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