«Peor es Robar», Berberana

Aprovechando un otoño único para escalar en la Sierra de Cantabria por las condiciones tan secas, me escapo con Cristóbal, oriundo de Sorzano, pueblo que además de buenos embutidos ha sido el refugio temporal de otros treparriscos como Simón y Martín Elías, dicho sea de paso, aperturistas junto con mi hermano de la vía Peor es Robar. Tras más subidas y bajadas que abriendo en el Wenden, al no poder meter más de tres chapas por batería del taladro, ya que el taladro de Simón es muy ético, nació esta ruta.

La vía es otra pequeña joya de esta Sierra, surcando muros de agujeros de gran calidad sin un metro de roca mala. Con un equipamiento más generoso de lo habitual para este trío, la escalada discurre rápida con algunas secciones en las que no hay que descuidarse si no queremos arrepentirnos por no habernos protegido lo suficientemente bien cuando estamos en el paso.

El primer largo recorre una fisura tenue de gozar que te va calentando el antebrazo hasta un pasito en el último clavo. Cristóbal lo sube sin pensárselo mucho y con tres o cuatro Totems el largo queda bastante bien protegido. El segundo largo promete ser de gran calidad, y a pesar de ser tumbado el croquis marca 7a+. Tras cuarenta minutos llego a la reunión con una sonrisa en cara y con los pies como pezuñas. ¡Largazo! El tercer largo fue abierto a lo Rabadá-Navarro del Fire, buscando la debilidad de un muro que amenazaba al taladro, y que finalmente no fue usado. También es de disfrutar. El cuarto largo es otra gozada con varias gotas de agua (muy poco frecuentes en esta Sierra) y en nuestra opinión más cerca del 6c+ que del 6c. Finalmente, el quinto recorre un muro de agujeros bestial con un desplome con sorpresitas, que recuerda a la Skantinplash en Peña Alta (Meano).

En definitiva una gran vía cerquita de casa, perfectamente combinable con unos vinos por la calle Laurel para liberar tensiones.