Buenos Aires y Uruguay

Hay algunos países en el mundo que por prejuicios mentales no nos suscitan demasiada curiosidad como para planificar una visita. Uruguay, sin duda alguna figuraba en esa lista, hasta que hace unos años su ex-presidente Pepe Mujica lo pusiera en candelera con su debate abierto sobre muchos temas tabú en otros lugares. Aprovechando la relativa cercanía con Chile, organizamos un viaje que partiría en Buenos Aires y acabaría en Montevideo, la capital de Uruguay.

Nuestra llegada a Buenos Aires tiene acento maño, y es que Pablo, estudiante de medicina de Zaragoza y trotamundos de profesión, nos hará de guía durante los próximos dos días por esta gran ciudad. El orden, limpieza y escaso mestizaje nos transportan en poco tiempo a una mezcla entre la vida en la calle y la arquitectura de Madrid, los comercios de París y los olores de Roma. Pues bien, a diferencia de otros países en Sudamérica como Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, en Buenos Aires llegaron familias enteras de Europa que llevaron su cultura, cultura que prácticamente no se mezcló con la de los nativos del río de la Plata. Epicentro de la literatura, teatro, cine y tango, Buenos Aires representa la orientación de una ciudad hacia la cultura más allá de los centros comerciales.

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Centro de Buenos Aires

Pablo nos tiene preparado un recorrido muy interesante comenzando en el Obelisco de la Avenida 9 de Julio, para después visitar la librería «El Ateneo» (por su tamaño biblioteca); una librería integrada en un antiguo teatro de cuatro pisos, lugar en el que los amantes de la lectura se deberían perder unas cuantas horas. Llama la atención la cantidad de estanterías dedicadas a psicología y psicoanálisis, y es que Argentina es el país del mundo con más psicólogos; más de 200 por cada 100.000 habitantes. Además, nuestro guía Pablo nos tiene incluido el kit de integración en Buenos Aires, que consiste en alfajores y mate. De este modo, continuamos como niños con un caramelo el camino hasta el cementerio de la Recoleta. Aunque normalmente no visitamos los cementerios, hay quien dice que visitando el cementerio y el mercado se puede conocer a una sociedad. Visitando el cementerio de la Recoleta, tendríamos la visión sesgada de la alta sociedad porteña. Sorprende ver la devoción que la gente tiene todavía a Eva Perón, una de las pocas tumbas con flores recientes. Cerca del cementerio de la Recoleta visitamos la iglesia de la virgen del Pilar, un «poquito» más pequeña que su homóloga española, financiada por un aragonés que confundió el río de la Plata con el Ebro.

Después de dejar las mochilas en casa de Pablo, dedicamos la tarde a tomarnos unas cervezas en Palermo, el barrio de bares «bien» de Buenos Aires, y después, nos cenamos una estupenda pizza al estilo porteño (estilo compartido también con las pizzas de Chicago, pero cualquiera se lo dice allí).

Al día siguiente, domingo, comenzamos en la plaza del Congreso de los Diputados y caminamos la Avenida de Mayo hasta la plaza del mismo nombre. En la Avenida de Mayo todavía se encuentran muchos bares que sirvieron de lugar de reunión de los exiliados españoles después de la Guerra Civil. En esta misma calle coincidimos con una celebración de las casas regionales vascas, que tiñen el lugar de ikurriñas, chistorra y dantzaris. En alguno de los stands aprendemos, de gente que nunca ha pisado España, que Zaragoza fue vasca, y que La Rioja es una meseta árida y hostil, mientras continuamos el camino hacia el encantador mercado de artesanos de San Telmo. Este mercado callejero comienza en la Plaza de Mayo y se extiende durante infinidad de puestos interesantes, donde lo mismo podrás ver bailar un tango, que comerte un asado, o comprar un mate artesanal. Por la tarde nos dirigimos a Caminito, lugar en el que nos habían desaconsejado ir caminando (a pesar del nombre…) y, más aún, con partido del Boca Junior, porque suele ser un lugar muy habitual para que te roben con violencia. Agilizamos el paso y pasamos delante de varios cientos de hinchas del Boca, que beben cerveza en la calle a la espera del combate que se celebrará después.

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Asado dominical en San Telmo, Buenos Aires

Caminito es un colorido y fotogénico barrio, en el que las casas parecen almazuelas de colores. El origen de los colores viene de que los antiguos habitantes de este barrio (marineros) usaban los sobrantes de las pinturas de los barcos para pintar las casas. Hoy por hoy, los colores son un atractivo para los visitantes para llenar las terrazas de sus bares.

Intentando evitar la salida del partido del Boca, cambiamos de registro y nos dirigimos a Puerto Madero y su costanera, donde nos comemos una típica bondiola mientras vemos a la gente bailar y beber mate. Desde Puerto Madero nos retiramos a casa de Pablo, para pasar el resto de la tarde charlando de viajes con las simpáticas compañeras de piso de Pablo: Ana y Marta. Esa noche soñaremos con qué nos encontraríamos al día siguiente al otro lado del Río de la Plata, ya en Uruguay.

El barco entre Buenos Aires y Uruguay lo contratamos con Colonia Express (la compañía más económica que ofrece este trayecto), y en apenas hora y media hemos cruzado este inmensa desembocadura, en la cual se pierden de vista las orillas, hasta llegar a Colonia Sacramento. Colonia es, como su nombre indica, una ciudad fundada como colonia portuguesa. Por esta razón, caminando por su casco antiguo, Calle de los Suspiros y Plaza Central, nos transportemos por ejemplo a la isla de Goree en Senegal, con una arquitectura colonial portuguesa similar.

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Colonia Sacramento, impresionante exposición de arte con trozos de madera encontrados en la orilla

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Calle de los Suspiros, Colonia Sacramento

Esa noche dormiremos en casa de Verónica y Javier, de la edad de nuestros padres, y cuya forma de viajar es recibir viajeros de medio mundo en su casa de forma gratuita. El buen karma seguro que les acompañará a esta pareja, cuya jubilación será comprarse una furgoneta y viajar por Sudamérica. Pasamos una muy buena velada con ellos y con otra viajera china, Jiang, a la que también reciben, que nos obsequia a todos los presentes preparándonos una rica cena china. A la mañana siguiente amanece diluviando y esta familia nos enseña esta ciudad desde su coche y, además, nos hace el favor de llevarnos a la estación de buses, evitándonos una buena ducha no deseada. Todo un ejemplo de hospitalidad con mayúsculas.

Sin saberlo, las únicas horas de lluvia del viaje las pasamos en el bus llegando a Rocha, nuestro próximo destino. En dicho camino, el paisaje que nos acompañará será el de un tupido pasto verde de 300km jalonado de algunos eucaliptos huérfanos de padre y vacas espolvoreadas como el queso de fundir. Cuando llegamos a Rocha, nos deparará una de las sorpresas más agradables del viaje: el conocer a Jessica, quien se ha ofrecido a darnos alojamiento en su casa a cambio de intercambiar planteamientos de vida, conversaciones y cultura. Preparamos unas tortillas de patata en su casa y ella prepara boniato, una especie de patata dulce. Con esa dosis de hidratos, al día siguiente no es problema llegar en autostop (en Sudamérica conocido como dedo) y también caminando, los 10km hasta la interesante laguna de Rocha. Sorprende un poco ver que allí viva una comunidad de pescadores que pescan en esta laguna de agua dulce, considerando que el mar se encuentre a apenas 100m de distancia. Desde allí, y también a dedo, llegamos a La Paloma, un bonito pueblo de playa. Durante el día que compartimos con Jessica, nos da la sensación de que fuese una amiga de la infancia porque la conversación surge de forma muy natural. Con cuántos amigos de toda la vida no mantenemos conversaciones tan profundas como con personas que acabamos de conocer, es algo que hemos visto muchas veces a lo largo del último año. Cuando nos despedimos de ella en la estación esa misma tarde, sabíamos que la volveríamos a ver.

On the road, llegando a la laguna de Rocha con Jessica

On the road, llegando a la laguna de Rocha con Jessica

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Laguna de Rocha

Continuamos ruta hacia Castillos, donde esta noche nos recibirá en su casa Diego, el taxista del pueblo, un gran conversador y conocedor de la situación de Uruguay. Mientras se bebe un par de termos de mate, nos pone al día de la situación del país, antes de salir a hacer la última carrera de la jornada. A la mañana siguiente madrugaremos para conocer también a dedo el Parque Nacional de Santa Teresa. Tras media hora de espera en la carretera, una familia para el auto y nos darán otra agradable sorpresa: es su día libre y no tienen prisa, así que nos hacen una ruta turística para que conozcamos las playas de Punta del Diablo antes de llevarnos al parque nacional. Cuando nos despedimos de esta maravillosa familia nos insisten en que vayamos a su casa diciéndonos dónde guardan su llave, a pesar de que ellos no estarán allí esa noche, otra cura de humildad y respeto hacia esta gente.  Es su forma de enseñar a su hija Karen lo que se debe hacer con los viajeros de otros lugares. De nuevo, no podemos creer el grado de hospitalidad que estamos encontrando en este viaje, y es que nos están abriendo sus casas como nunca habíamos visto.

El Parque Nacional de Santa Teresa es un bonito espacio natural con animales, y lugar también en el que se encuentra el fuerte español de la época colonial, dedicado a la misma santa, para combatir a los portugueses. Caminando en el parque nacional no nos tropezamos con nadie, una de las ventajas de ir a Uruguay en temporada baja. Esa noche aprovechamos a llegar a Cabo Polonio, donde hemos reservado una noche para dormir en un hostel (la cual nos saldrá gratis por ser clientes preferentes de Booking). Cabo Polonio es quizá el lugar más especial que conoceremos en Uruguay. Para llegar allí hace falta caminar 8km, o tomar uno de los camiones 4×4 que conducen periódicamente sobre bancales de arena suelta. Como ya es de noche y no conocemos el lugar, optamos por la segunda opción. Cuando el camión nos deposita en Cabo Polonio solo se ve la luz del faro y de algunas casas, y es que este pueblo está desconectado de la red y toda su electricidad proviene de los paneles solares que sus vecinos instalan en los tejados.

En el hostel conocemos a Laura, nacida en Barcelona y que a través de distintas ONGs ha conocido medio mundo. En la actualidad cubre los conflictos más sangrantes del mundo desde Médicos Sin Fronteras, y se encuentra en el hostel intentando ordenar su cabeza después de su última experiencia dura trabajando en Venezuela. Con ella haremos el recorrido por la playa hasta casi el cercano pueblo de Valizas, aprendiendo de la situación de lugares a los que en la actualidad no va nadie como: Malí, Congo, Gaza o Afganistán. En Cabo Polonio visitamos la imponente colonia de leones marinos, que pelean y bufan quitándose entre ellos las mejores rocas para tomar el sol. Esa noche volvemos a Rocha, donde de nuevo nos invitará Jessica a dormir en su casa. Esta vez, además compartimos la velada con tres chicas argentinas que dejaron su trabajo para recorrer Sudamérica vendiendo empanadas, y que nos invitarán a cenar las empanadas que no vendieron ese día.

olonia de leones marinos en Cabo Polonio

Colonia de leones marinos en Cabo Polonio

En casa de Jessica con Turco y las tres viajeras argentinas

En casa de Jessica con Turco y las tres viajeras argentinas

A la mañana siguiente, y antes de dirigirnos a Montevideo, hacemos dedo hasta la playa de Pedrera, donde el conductor que nos lleva le caemos simpáticos y nos dice que en un par de horas nos buscará en la playa para invitarnos a comer. Dicho y hecho, después de caminar por la playa y remojar los pies, Carlos nos recoge y nos lleva a su casa, donde su mujer Irene nos tiene preparada una comida excelente. Según nos cuentan, es la primera vez que invitan a extraños a su casa, y que justamente querían vender la casa y con ese dinero viajar por Europa. Para más INRI, después de comer nos acercan los 25km restantes hasta la estación de buses para que tomemos uno hasta Montevideo. De nuevo, impresionante la hospitalidad que nos muestra el pueblo uruguayo.

Llegamos a Montevideo de noche, la que será la última de este viaje, y en este caso, Laura y Julio a los que todavía no conocemos nos han invitado a dormir a su casa. Nos tienen preparado un rico asado para cenar y con ellos compartiremos muy buenas conversaciones de la actualidad de Uruguay. Julio, un gran conocedor de Mujica, nos desmiente muchos de los mitos en torno a su figura, de quien por cierto no nos han dicho en Europa que mató a una persona (reconocida por él) y otras más atribuidas y sin juzgar durante su época de guerrillero. A la mañana siguiente, esperando el bus en la parada para conocer el centro de Montevideo, una viejita que también espera el bus nos invita a dormir en su casa. Desgraciadamente, ya no nos quedan más días en este país.

Día 1 en Buenos Aires

Día 2 en Buenos Aires

Recorrido del Viaje

32 comentarios en “Buenos Aires y Uruguay

  1. Hola chicos !!!
    Bueno, que decir con todo esto .
    jeje Que te escribo con lágrimas en mi corazón y en mis ojos GRACIAS POR TUS PALABRAS TAN BONITAS SOBRE MI GENTE Y MI PAISITO MI URUGUAY QUERIDO QUE TAN AMO Y EXTRAÑO .
    Acá me han preguntado porque hablo tanto de Uruguay comprobaron el porque …
    Habrá mejores y más grandes pero su gente es maravillosa
    Sus lugares etc etc
    En fin no me voy a poner melancólica jeje
    Las puertas de mi casa aunque yo no este en Montevideo están abiertas para cuando quieran abrazos y hasta la vuelta ..

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  2. Que hermoso leer tantas bendiciones y buenas personas que encontraron aquí en Uruguay, que lindo es saber que aún quedan personas en las cuales conconfia.Nos encantó de corazon haberlos conocido y pasear junto a ustedes fue increíble. Me alegra que tengan la.oportunidad de recorrer y disfrutar del mundo, de conocer gente buena y paisajes extraordinarios. . Gracias por la buena onda y trasmitirnos esa alegría de experimentar lugares nuevos.Besos grandes de mis padres y mío Espero verlos nuevamente.
    Y….A DISFRUTAR DE LA VIDA!!!

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  3. Un viaje inolvidable por toda la gente que allí vive y hemos tenido la suerte de tropezarnos, por todos los que aquí nombramos que habeis hecho que tan especial se para nosotros, muchos muchos besos de ❤️

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  4. HOLA FERNANDO Y BEA.GRACIAS POR EL BLOG,NOS GUSTO MUCHO.QUE LINDO QUE PUDIERON DISFRUTAR DE LAS HOSPITALIDAD DE LOS URUGUAYOS. TODOS LOS DIAS TRATAN DE CONVENCERNOS DE QUE ESO SE TERMINO ,PERO NO ES ASI Y NOS LLENA DE ALEGRIA …!!! LASTIMA QUE TUVIMOS POCO RATO PARA CONOCERNOS.OJALA ALGUN DIA NOS VOLVAMOS A CRUZAR,.ACA ESTAN ABIERTA LAS PUERTAS.HASTA PRONTO CHICOS.BESOS

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  5. Un relato precioso y emocionante. Da gusto ver que existe gente tan maravillosa como vosotros, me alegro muchísimo de que hayáis disfrutado tanto. Muchas gracias por “llevarnos” a sitios tan maravillosos.

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  6. Me habéis dejado impresionada de como es la
    p gente joven que vais encontrando en vuestros recorridos y más por esa acogida tan impresionante con gente que apenas conocen pero que pasan en minutos a ser parte de su familia.Que sigáis pasándolo tan bien Un beso muy grande para los dos.

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  7. Hola chicos!! Que gran viaje! Me alegra mucho saber que todavía existe esa gente buena por el mundo y os haya podido enseñar y ayudar tanto, la lo merecéis!!

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